Naturaleza del Rey

lo largo de sus relatos, anduvo desde su Cimmeria natal hasta los lejanos Reinos Oscuros, siendo, entre otros rangos, ladrón, mercenario, asesino, bucanero, soldado, general, y finalmente, señor de Aquilonia, el más prestigioso de los reinos occidentales. Conan fue nacido en una pequeña aldea, adquiriendo un cierto conocimiento de la civilización que se va adueñando de su entorno, empero en muchas ocasiones se muestra obligado a rebelarse contra ella al considerarla enviciada y decadente, sobretodo cuando las leyes sirven y secundan a los poderosos, en lugar de ejercer el provecho sobre el pueblo.

Conan tiene su propio código moral bárbaro, y la suficiente fuerza y astucia para imponerse a las leyes cuando lo necesita. Crecido como esclavo, aumentó su destreza en la batalla, y marchó embarcado en ejércitos lejanos cruzando y saqueando todas las regiones que existían en la antigua era. Lo único que le diferenciaba entre el resto de asesinos que habitaban sobre Hyboria, era su propio sentido del honor. Poseía una firme y densa doctrina, y cualquier hombre o criatura que entorpeciera su camino, sería desafiado en combate. Gigantes, muertos vivientes, daba igual, el bárbaro solo mantendría distancia ante un ser, ante su dios Crom, el único capaz de arrojarlo desde su montaña hasta los fuegos del averno si no era complacido.

El cimmerio viajó por numerosos reinos acatando gran parte de las costumbres donde yacía, pero algunas leyes no eran decentes, ni fáciles de entender. Eran una compleja trama de la que hábilmente sacaban provecho los sucios poderosos. Monarcas que hundían en hambre y pobreza al pueblo, o señores sombríos y nigromantes de grandes santuarios que se enriquecían a costa de adueñarse del alma de indefensos ciudadanos. Con el fín de adquirir más poder, para seguir sirviendo y homenajeando con sacrificios humanos a sus malévolos dioses.

Conan poseía una ruda mentalidad, luchando por lo que él consideraba justo. Se rebeló contra los hechiceros al considerar la brujería como una capacidad que no se basaba en el mérito personal, sino en pactos y ayudas sobrenaturales que permitían a alguien débil ejercer sobre los demás. El bárbaro se enfrentaba con frecuencia a deidades perversas sin miramiento, no soportaba los seres invocados ni profanados, pero en ocasiones, no rechazaba pactar con algún mago o sacerdote que demostrara un comportamiento honrado.

Durante su reinado, fue traicionado por servidores infieles y atentado por invasores con el ansia de acabar con su mandato, sin embargo Conan reinaba respaldado por valiosos guerreros y permaneció largos años gobernando su fortaleza. Y tras descubrir el rostro de la vejez, desapareció en el mar, dejando tras de si un joven heredero. Así describen los antiguos manuscritos al guerrero más aclamado y maldecido de la tierra hyborea, así fue Conan de Cimmeria.

Entre los extensos pasajes del reino, se escondían diversos capítulos narrando las legendarias crónicas de Conan, junto a vetustos papiros donde reposan tendidas las escrituras pertenecientes al fantástico mundo de Hyboria. Una majestuosa fortaleza aguardando vuestra entrada, abrigada por gruesos pilares y grotescos muros mostrando las historias de los héroes y guerreros más célebres de la antigua época. Prestad atención a cada relato viajero, pues en alguno de esos lugares, se haya el codiciado y poderoso secreto de la forja del acero.