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Peligros en Cimmeria


ierra oscura, sombría, de grandes nevadas y enormes y tétricos bosques, con interminables colinas azotadas por los vientos norteños procedentes de las altas cumbres. Poblada por una raza de bárbaros, grandes guerreros, agrupados en tribus, duros como la tierra que les había tocado habitar. Hombres pendencieros, fuertes, muy aficionados a la caza y al enfrentamiento con sus paises vecinos.

Cimmeria es una dura región de tundra, montañas y campos boscosos situados bajo un cielo gélido y grisáceo. Rodeada por aquellos que desearían tanto matar como conquistar a los clanes bárbaros nativos que han prosperado ahí desde los tiempos de Atlantis. El duro terreno se ve cubierto a menudo por el fango sangriento de los invasores Pictish, saqueadores de Vanir, los Hurnakhi Hyperboreanos o estúpidos que se creen conquistadores desde los Reinos Fronterizos. Pues ningún hombre podría posiblemente dominar a esta gente inconquistable y la tierra por la que lucha a diario para sobrevivir. Cimmeria es un lugar árido de guerras de clanes y familias donde la fuerza y la astucia son la llave a la supervivencia.

Solo los más fuertes excavan para vivir aquí, el terreno es difícil pero muchos llegan para verlo con sus propios ojos. Existen varias zonas en la región donde se desatan continuas batallas entre clanes, por encima de los cadáveres de la antigua civilización, y oscuros lugares creados por la furia de los dioses donde sólo se adentran los guerreros más osados. Como las Montañas Eiglophian, que marcan el borde norte de Cimmeria y retan a los aventureros en sus heladas cumbres para probar su temple contra caníbales sangrientos y feroces criaturas.

Son pocos los hombres pasan por estas montañas, debe poseer una increíble fuerza de voluntad, fuerza física, y gran coraje. Los vientos aullantes y el frió mortal roen tanto cuerpo y alma; los leopardos y los gusanos de hielo buscan a los débiles, y los pasos traicioneros y las pendientes inclinadas matan sin misericordia. La vida que aferra su existencia aquí está dividida entre los clanes dispersados cimmerianos y las salvajes tribus caníbales, que han atacado a tramperos y exploradores por décadas. Sobreviven capturando torpes viajeros predestinados a ser su alimento, asesinándolos con sus béstias para más tarde ser devorados en las profundas y oscuras cuevas de la montaña.

Así mismo es un lugar sagrado para los cimmerios, porque en el borde este de las Eiglofianas se encuentra Ben Morgh, conocido como Monte Crom. Ahí se dice que Crom habita, concediendo fuerza de voluntad y tesón para luchar a todo recién nacido; y enviando muerte y maldición a aquellos que le han fallado. Su rabia golpea los picos en forma de tormentas y avalanchas, desatando su cólera contra los invasores que se introducen cada vez más a fondo en Cimmeria. Hay un dicho entre los clanes de la frontera sur –“Haz la paz con tus dioses antes de que llegues a Cimmeria, ya que no la encontrarás allí.”

En el helado este de Cimmeria, el barranco del Valle de Conall corta una rebanada de carne de la piedra y el suelo de Hyboria. A la sombra de Ben Borgh, el trono montañoso de Crom, su gente hace una última resistencia valerosa y desesperada frente a los invasores del norte. En tiempos pasados la región era conocida por su belleza salvaje y era la morada de numerosos clanes bárbaros; cada tribu fundó sus asentamientos a lo largo de las antiguas ruinas Atlantes que los frondosos bosques del norte nunca cubrieron del todo, hasta la llegada de los salvajes vanires.

Las garras del tiempo han cortado una grieta profunda y el paso boscoso está en un estado caótico. Con restos calcinados de poblados quemados hasta los cimientos, y donde una vez se alzaban entre los árboles los fuertes cimmerianos, las lanzas Vanir están clavadas en la tierra, mostrando cabezas y cuerpos putrefactos de los defensores asesinados en el valle. Cuando los vanires llegaron del norte, no lo hicieron para saquear, sino para conquistar. Los guerreros bárbaros que lucharon por sus tierras fueron masacrados, sus mujeres murieron abrasadas pasto de las llamas... los pocos supervivientes fueron cazadores y guerreros que lograron huir hacia el sur y escapar de las espadas de los vanires.

La belleza del Valle de Conall se ha convertido en un campo de batalla; su belleza ha sido estropeada por el salvajismo y la sed de sangre a medida que los vanires y los cimmerios luchan sobre las ruinas de los poblados destruidos. Los supervivientes de los asaltos norteños se agrupan en fuegos nocturnos en campamentos abrigados por altas murallas de sólida piedra y rocas afiladas, forjando su codiciado acero y templando sus espadas, haciendo el voto de vender sus fuertes vidas para defender su linaje. Su lejano y cruel dios observa desde el pico de la montaña, y los guerreros saben que morir mientras el mismo Crom les observa, sería una muerte denigrante.

Al este del Valle, al mismo pie del Monte Crom, se encuentra el lugar más antiguo y respetado, el Campo de los Muertos, reflejando las descripciones de los cimmerios de la otra vida. Es una tierra rocosa azotada por el viento, bañada por la helada lluvia. El brezo oscuro crece en las colinas rocosas y en los túmulos de los viejos caciques, mientras el aullar de los lobos hace eco en las profundidades de los valles. Es un lugar severo y triste tal como lo es el alma de un bárbaro. Cada clan reclama una parte específica enterrando a sus líderes en montículos de tierra y piedra.

El lugar de descanso final del cacique es rodeado por armaduras y armas, ropas finas, trofeos y tesoros, para que cuando entren en el reino de los muertos puedan hacerlo con todas las riquezas propias de un gran líder. Los cuentos de tales tesoros atraen a saqueadores y buscadores de riquezas hacia los campos sagrados, a pesar del terrible riesgo. Incluso si los saqueadores evitan los ojos de las patrullas cimmerianas, aún tendrán que hacer frente a la rabia de los mismos espíritus que merodean el sepulcro. Muchos de los que se aventuran en las profundidades de los túmulos nunca vuelven a ver la luz del día.

Cimmeria es una tierra conocida por su clima gris, terreno árido y sus altas montañas que forman la espina helada de Hyboria. Sin embargo, la parte más hostil del reino gris no son las montañas Eiglophians o el Campo de los Muertos. Incluso el Valle de Conall, donde los salvajes vanires sostienen sus espadas ensangrentadas y retan a las tribus en retirada, no es el lugar más temido ni peligroso de esta región norteña. Este honor siniestro pertenece a un lugar llamado con la típica simplicidad bárbara como el Pantano Helado.

Los monstruosos seres caminan, acechando los antiguos pasos con colmillos húmedos y garras ansiosas buscando inocentes presas humanas. Seres mortales desde los doppelgangers que asesinan a través de las oscuras ilusiones hasta los místicos hyperboreanos de cuerpos blanquecinos. Los mismos dioses deben reírse de la colección de odiosas perversidades que han reunido aquí para atormentar a los cimmerios, todos revueltos a consecuencia de las artimañas y hechicería negra de los hyperboreos. Se dice que han venido para desenterrar antiguos secretos de un tiempo anterior cuando los dioses destruyeron Atlantis. Cualquiera que sea la verdad tras su presencia, su toque insidioso ha encendido a las fuerzas maléficas que se encuentran entre las aguas grises de esta región.

Pocas almas tienen el deseo de adentrarse en el Pantano Helado, y aquellas que lo hacen (que tienen la esperanza de volver andando otra vez) son sin duda los más finos y habilidosos cazadores y guerreros que Cimmeria nunca ha criado. Sólo estas almas, las hijas e hijos más fuertes de las tierras del norte pueden tener una oportunidad para orientarse entre los caminos neblinosos y hacer frente a las incontables amenazas de criaturas inhumanas que acechan por las mancilladas aguas del pantano.

Castigada por un cruel invierno, las montañas que decoran Cimmeria están cubiertas por el hielo, mientras que los vientos nevados aullan por los cañones, sonando como los lamentos de un dios moribundo para los oídos mortales. Un lugar complicado que acaba con los débiles y entroniza a los fuertes. Lugar donde surgió el mismísimo Rey Conan, cuyos viajes y aventuras han sido el mapa legendario para toda Hyboria. Muchas de sus hazañas se han hecho eco en su tierra, haciendo que el resto de clanes quieran imitar su vida de peligro y riqueza. De alguna manera, fue la aridez de esta tierra la que forjó a Conan tanto como lo hicieron sus decisiones.

Cimmeria esta repleta de gente peligrosa y depredadores, donde la mayoría de la vida que se encuentra en las colinas heladas solo vive para quitarle la vida a otros. Lobos, gatos montañeses y feroces osos cazan por las colinas y bosques, capaces de acabar con cualquier grupo de caza que no esté preparado para su salvajismo. En las hogueras de los campamentos se cuentan historias de bestias monstruosas y leyendas oscuras esperando en la nevada tundra la llegada de estúpidos viajeros, y muchas de ellas han demostrado ser ciertas durante la época. En Cimmeria, si el tiempo y la tierra no te reclaman, algo lo hará.

1 ESCRITURAS:

Anónimo

Actualmente, Cimmeria, se llama Crimea